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Indio,... pueblo y tierra



En estos momentos existen alrededor de 5000 personas indígenas que viven en 28 aldeas del estado de Sao Paulo, … y corresponden fundamentalmente al. Pueblo Guaraní, Terena, Krenak Kaigang y están diseminados en las comunidades en el Medio Oeste, sobre todo por el Valle de Ribeira,...



"También hay indios que viven en la capital y trabajan allí…. Este es el caso Pankararu. Más de 1.500 indios procedentes de Pernambuco viven en la capital desde hace muchos años", Sobretodo los Pankararu, que ocupan los distritos metropolitanos de Sao Paulo, el Fulnio, Xavante, Xucuru, Xucuru Kariri y Pankararé.



En total, hay 17 000 hectáreas de tierras indígenas en el estado. La zona más grande está en la ciudad costera de Mongagua. En el ríoAguapeí , con 4.500 hectáreas. Pero todavía hay situaciones precarias de demarcación de tierras, principalmente en el estado de São Paulo.



"Las áreas indígenas en la capital son realmente muy pequeñas. Los nativos viven en una situación difícil, sobre todo el pueblo guaraní Jaragua, de donde hay 300 indios con menos de dos hectáreas de tierras demarcadas por la FUNAI



…cada una de las tres aldeas guaraníes en la capital pasarán por un proceso de expansión del territorio de 100 hectáreas. La medida es el resultado de una colaboración entre la FUNAI y el Dersa indios (Desarrollo de Carreteras SA) - una empresa vinculada al gobierno del estado.



La población guaraní es el que mayor número de indígenas tiene. "A pesar de la proximidad a la población urbana, el indio guaraní conserva su propia cultura", Tradicionalmente, estas personas nunca habitaron la costa brasileña de Rio Grande do Sul a Río de Janeiro. Sin embargo, Funai no ha establecido previsiones sobre el porcentaje de indios diezmados en los últimos años.



"Hoy es un crecimiento sin precedentes de la población indígena. Afortunadamente esto ha ocurrido no sólo en São Paulo, en Brasil, sino en todo el mundo. Ya se habla alrededor de 470.000 indios que viven en aldeas de todo el país",



“Todo era libre y hoy está todo siendo prohibido para nosotros. Para hacer el campo, como antiguamente, nosotros ya no podemos. Pero por lo menos ese pedazo de tierra que estamos queriendo demarcar tiene que ser reconocido, porque si nos quitan ese pedacito, no tendremos más nada. (…) Queremos la garantía de la tierra para vivir nuestra cultura con libertad, cultivar nuestra cultura, enseñar a nuestros hijos y a nuestros nietos, Porque hoy en día, con la falta de una tierra verdadera para nosotros, no podemos vivir nuestra vida y nuestra cultura (nhande reko) completamente.” (Cita de la carta de la comunidad Morro dos Cavalos (estado de Santa Catarina) a las autoridades del Gobierno. (Informe de Identificación, 2002).



En las regiones sur y sudeste del Brasil (desde el estado de Rio Grande do Sul hasta el estado de Espírito Santo) se concentran en la actualidad cerca de 100 áreas ocupadas por los mbya y ñandeva, además de otras localidades de ocupación no regular. En la franja de litoral de los Estados mencionados, se encuentran cerca de 60 aldeas de las cuales sólo 16, que suman la totalidad de 19.075 hectáreas, tienen áreas demarcadas y homologadas por la Presidencia de la República. Hasta el momento, se encuentran en curso 16 procesos judiciales motivados contra la presencia guaraní en dichas áreas. Al interior de los Estados de la región sur, de las 40 áreas en donde residen indios guaraníes, fueron homologadas sólo 10 y están ocupadas por indios kaingang (Rio Grande do Sul, Santa Catarina, Paraná) y xokleng (Santa Catarina); los guaraníes ocupan una pequeña porción de esas áreas. A pesar de lo pequeños que son esos espacios algunas de esas áreas mantienen ocupantes no indígenas en su interior.



La regularización de las áreas ocupadas por los guaraní mbya en el litoral se originó por medio de iniciativas y proyectos del CTI (Centro de Trabalho Indigenista o Centro de Trabajo Indigenista) a partir de 1979 en las aldeas de la capital de São Paulo y su litoral, así como del litoral de Rio de Janeiro. También gracias a las acciones del CIMI (Conselho Indigenista Missionário o Consejo Indigenista Misional) en las aldeas del litoral sur paulista. Hasta mediados de la década de 1980, en toda la franja litoral, estaban oficialmente reconocidos a través de decretos estatales la aldea de Bananal (Posto Indígena de Peruíbe – São Paulo), acción que ocurrió en 1927, y la aldea Itariri –también en São Paulo-, en 1962. La aldea Parati Mirim sería reconocida en 1960 a través de un acto no formal del gobierno de Rio de Janeiro. En 1983, el CTI dirige al gobierno del estado de São Paulo (Franco Montoro/PMDB Partido do Movimento Democrático Brasileiro), un informe sobre las aldeas guaraní del estado de São Paulo así como un proyecto para su regularización agrícola. Frente al los interés del gobierno del Estado en regularizar las áreas ocupadas por los guaraníes de São Paulo, la Funai firma un acuerdo con el gobierno paulista -20de diciembre de 1984- para demarcar las áreas indígenas, que fuera homologado en 1987.



Al comienzo de la década de 1980, se volvió urgente la demarcación de las aldeas guaraníes y su reconocimiento oficial debido al gran crecimiento de los proyectos inmobiliarios y turísticos, consecuencia de la construcción de la autopista Rio de Janeiro-Santos y de los caminos adyacentes. Posteriormente, las presiones ambientales y las ocupaciones desordenadas, consecuencia de proyectos de desarrollo (saneamiento, abastecimiento, caminos y autopistas como la duplicación de la ruta BR 101 en el sur), exigieron mayores articulaciones entre los guaraníes y sus aliados en Santa Catarina y Rio Grande do Sul.



Luego de la promulgación de la Constitución Federal de 1988, fueron logradas nuevas conquistas con el reconocimiento de algunas áreas en el litoral. Mientras tanto, por ser una población diferenciada étnicamente así como minoritaria en los diversos contextos regionales, son constantes las presiones y las tentativas de control de sus dinámicas sociales y territoriales.



Aunque los procedimientos administrativos oficiales vigentes no tomen en cuenta la complejidad de la situación agraria de las tierras ocupadas por los guaraníes, en los últimos años la Funai ha identificado nuevas tierras. Desde 2001 fueron identificadas tierras guaraníes en Santa Catarina y en São Paulo; se encuentran en proceso de análisis por la Funai o están siendo elaborados los informes respectivos.



Los guaraníes mbya mantienen la configuración de su “territorio tradicional” a través innumerables aldeas distribuidas en vastas regiones abarcando áreas del Paraguay, de la Argentina, del Uruguay y del Brasil, siendo el mas su límite extremo. De esta forma, para los mbya, el concepto de “territorio” supera los límites físicos de las aldeas y senderos y está asociado a una noción del “mundo” que implica una redefinición constante de las relaciones multiétnicas en el compartir de los espacios. El dominio de su territorio, a su vez, se asienta en el hecho de que sus relaciones de reciprocidad no se circunscriben únicamente a las aldeas ni se limita a complejos geográficos continuos. Estas se manifiestan en el ámbito del “mundo” donde se configura su territorio. De esta forma, el dominio de un amplio territorio por los guaraníes se produce a través de las dinámicas sociales, económicas, políticas y de los movimientos migratorios realizados, aún en la actualidad, sobretodos por familias del subgrupo mbya (Ladeira, 1997).



El territorio o el mundo guaraní mbya, en tanto espacio cartográfico y geográfico, es una serie de fragmentos compartidos por diferentes sociedades y grupos sociales. Contraponiéndose a esto, las aldeas o tekoha, “lugar donde viven según sus costumbres y leyes”, no pueden albergar otros grupos humanos. El espacio físico de un tekoha debe contener, preservados, los recursos naturales así como permitir la privacidad de la comunidad. De todos modos, la actual fragmentación de las aldeas, definidas por límites artificiales en función del reconocimiento público y oficial de otras ocupaciones (tales como haciendas, loteos, caminos, proyectos de abastecimiento, entre otros), las torna inviables en tanto espacio que garantice la subsistencia de la propia comunidad. A pesar de lo mencionado, se verifica, en las diversas aldeas, un modo particular de aprehensión y construcción y organización del espacio desarrollado a través del ejercicio social, político, religioso y del manejo de las especias tradicionales.



Aunque la proximidad geográfica favorezca el estrechamiento de las relaciones sociales entre las aldeas, debemos considerar que la sociedad guaraní posee reglas, costumbres y tradiciones de las cuales participa todo su conjunto.



Los indios guaraní mbya del litoral buscan fundar sus aldeas en base a los preceptos míticos que fundamentan, especialmente, su relación con la Mata Atlântica (Selva Atlántica) a la cual, simbólica o prácticamente, condicionan su supervivencia. Esos lugares, buscados aún en la actualidad por los mbya, presentan, por medio de su flora y fauna típicos de la selva atlántica, de sus formaciones rocosas e inclusive de las ruinas de antiguas edificaciones, indicios que confirman esa tradición. Establecer aldeas en esos lugares “elegidos” significa estar más cerca del mundo celestial, dado que, para muchos, es, a partir de esos sitios, que se facilita el acceso a yvy marãey (tierra sin mal), el objetivo histórico perpetuado por los mbya a través de sus mitos



Los Terena son otro grupo indígena brasileño que pertenecen al subgrupo de los guanás.

Viven principalmente en el estado de Mato Grosso del Sur (Áreas Indígenas Aldeinha, Buriti, Dorados, Lalima, Limón Verde, Nioaque, Pilade Rebuá, Taunay/Ipegue y Tierras Indígenas Agua Limpia y Cachoeirinha, a oeste de la Reserva Indígena Kadiwéu, en el área Indígena Umutina y a leíste del río Miranda). Pueden ser encontrados también en el interior del estado brasileño de São Paulo (Áreas Indígenas Araribá e Icatu). Además de eso, se sitúan aún en el margen izquierdo del alto río Paraguay, en Mato Grosso.Viven también en el Norte de Mato Grosso entre los Municipios de Peixoto de Azevedo, Matupá y Guarantã del Norte en la Tierra Indígena Gleba Irirí Nuevo en los Márgenes del Río Irirí en las Aldeas Kopenoty, Kuxonety Poke'es, Inamaty Poke'es, Turipuku.



Son indios "agricultores", o sea, poseen la cultura del plantio. Un aspecto interesante a ser destacado sobre ellos, es la adaptabilidad que esa etnia tiene en relación a otras. Ellos poseen la capacidad de adaptarse la condiciones de trabajo, por ejemplo, de los blancos, como en la construcción del ferrocarril Noroeste en el MS. Otro hecho que demuestra esa capacidad, es el hecho de ellos constituyan las aldeas indigenas urbanas, principalmente en la regiao de Dorados y Campo Grande.Son indios con gran grado de integración con la sociedad abrangente.



“Indio es todo individuo reconocido como miembro de una comunidad de origen precolombino que se identifica como étnicamente diferente de la nacional y es considerada indígena por la población brasileña con la que está en contacto”. … esta es la posición generalmente adoptada por los antropólogos brasileños .



Los kaigangs viven, en una extensión de tierra llamada reserva indígena, midiendo 23.187 hectáreas, de las cuales aproximadamente la mitad, se conservan con floresta y lo que resta fueron desforestados y cultivados. La Reserva Indígena está constituida por municipios de Tenente Portela, Miraguaí, Redentora y Erval Seco.

Las tribus indígenas que habitan el área indígena de Guarita están formadas por Kaigangs, que hablan la lengua Kaigang, perteneciendo a la familia lingüística do “GE”. Esta lengua se divide en cinco dialectos: dialecto de São Paulo, de Paraná, Central, Sureste y Suroeste. Los Indios de Guarita hablan el dialecto del suroeste, que se diferencia de los demás dialectos en la pronunciación y en la grafía.

La lengua portuguesa hablada por la mayoría de los indios es simple y reducida, usando frecuentemente palabras cambiadas, o letras cambiadas en las palabras. La población indígena estudiada suma aproximadamente 1.800 habitantes Kaigangs.

… la tribu esta viviendo en una condición de extrema miseria, lo que no difiere mucho de las demás tribus brasileras. …un 60% de las viviendas son de paja, el 91,0% de la basura es dejada a cielo abierto, el 91,0% del agua utilizada no tiene cualquier tipo de tratamiento y el 97,0% de las heces y orina, son depositadas en desagües a cielo abierto.

El problema de cómo tratar a las minorías étnicas que viven dentro del territorio nacional es complejo. En el caso específico de los indios de las Américas existen varias tendencias, desde las que proponen conservarlos en el mismo nivel cultural en que fueron encontrados por la sociedad envolvente, hasta aquellas que pregonan su absorción total en esa sociedad.

Lo que se ha notado, es una ruptura del equilibrio normalmente armonioso de los grupos no acostumbrados con su medio ambiente, para una situación de extrema dependencia con relación a la sociedad envolvente. Su modo de vida se altera drásticamente, llevándola a un deterioro de las condiciones de salud y, muchas veces, a la muerte de una parte considerable de la población. La recuperación de esta condición es lenta y en general los grupos no acostumbrados son absorbidos en la capa más pobre de nuestra población rural, la cual está extremadamente necesitada.

En 1500, se estima que había entre cinco y seis millones de indios en Brasil. Actualmente, la FUNAI calcula que la población indígena sea de 3,45 mil que representan 0,2% de la población brasilera. La población indígena está distribuida en 216 tribus que hablan cerca de 170 lenguas diferentes y las más pobladas etnias en el Brasil son precisamente los Guarani, Kaigang, Ticunã y Terena con 41.000, 22.000 y 19.000 personas respectivamente.
Las tierras indígenas ocupan 94,3 millones de hectáreas, que representan 11,04% del total del territorio nacional . Los únicos estados donde no hay pueblos indígenas son Piauí y Rio Grande del Norte. Cerca de 60% de la población indígena actual vive del Centro-Oeste y Norte del país (Amazonía y Cerrado) y tienen formalmente derecho al 98,75% de la extensión de las tierras indígenas de la Amazonía Legal. Los 1,25% del total de la extensión de las tierras indígenas abrigan los 40% restantes de la población indígena del país, localizadas en las regiones más ocupadas del Noreste, Leste y Sur de Brasil.

Es imposible considerar al indio como un ser aislado, ajeno y apartado del mundo que lo rodea. De la misma manera, es irreversible el choque cultural.Tenemos que pensar en el indio, sin actitudes paternalista, como un ser con necesidades de asistencia preventiva y curativa, esencialmente holística.

Tanto las comunidades indígenas, como las comunidades de la agricultura familiar, viven una nueva realidad en que las condiciones y recursos para la supervivencia no son más los de antaño. Entrar en contacto con otros sistemas y sociedades para realizar cambios, establecer nuevas relaciones, los indios se vieron obligados a adaptar su propio medio sin perder su identidad .

Todo lo que existe y vive necesita ser cuidado para continuar existiendo y viviendo, sea una planta, un animal, un niño, un anciano, el planeta Tierra . ¿Y el cuidado al indio y a su familia? Cuidar es más que un acto, es una actitud que representa preocupación, responsabilidad y envolvimiento afectivo con el otro . El indio y su familia tienen necesidades de cuidados, sea para ayudar a rescatar sus propias tradiciones de cuidado o, el cuidado preventivo y curativo, si fuese necesario, sin imponerles a ellos una nueva cultura, un nuevo modo de ser.


Uno de los relevantes atributos de la familia es la educación y la transmisión de valores, creencias, conocimientos en el escenario de los derechos y deberes de cada uno en esta institución social, especificando la definición de los papeles en el interior de la familia y en la comunidad a la cual pertenece.

Estamos viendo al indio adulto adolecer de ser cuidado en el contexto de su familia y hospitalizado por enfermedades las cuales son consecuencia del choque cultural, de la interrelación personal y cambios de hábitos y de comportamientos muchas veces impuestos a él. La cuestión del indio brasileño es muy compleja ya tratándose de aspectos culturales y sociales o bien de su territorio geográfico. Es un ser tan susceptible y carente de cuidados como todos los demás no indios.

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