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Candomblé,... rito y costumbre

Brasil cuenta con una población cercana a los 148 millones de habitantes, ocupando el sexto lugar en la lista de los países más poblados del mundo.

Tiene también, una de las tasas de crecimiento demográfico más elevadas y que en los últimos 45 años se ha ido incrementando considerablemente.

Si a finales del siglo XIX eran tan sólo 14 millones de brasileños, en 1930 eran 30 millones y en 1960, 71 millones.

A pesar de este fuerte crecimiento, Brasil es uno de los países con menos densidad de población, tan solo 15 habitantes por kilómetro cuadrado.

Sin embargo, la población se concentra, sobre todo, en la costa del Atlántico y en las principales ciudades.

Así, tres de cada cuatro brasileños viven en las zonas urbanas, es decir, dos terceras partes viven en las nueve áreas urbanas más importantes del país: Sao Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre, Salvador de Bahía, Recife, Fortaleza, Brasilia y Belém.

El área metropolitana de Sao Paulo tiene más de 17 millones de habitantes, mientras que Río de Janeiro cuenta con cerca de 10 millones.

En Salvador de Bahía la población es de dos millones aproximadamente. Cabe destacar que la población brasileña es mayoritariamente joven ya que cerca de la mitad tiene menos de 20 años de edad.

El rasgo más distintivo de la población brasileña es el mestizaje, uno de los más ricos del mundo.

A pesar de que fue una importante colonia portuguesa, la presencia de esclavos negros procedentes del Africa (la mayoría de origen Yoruba y Quimbundú), de numerosas tribus nativas y de diferentes razas de emigrantes, como la de holandeses, franceses, alemanes, italianos, polacos o japoneses, se fueron mezclando entre sí, provocando un impresionante mosaico de razas, colores y costumbres.

La mayoría de los brasileños tienen alguna mezcla de sangre europea, africana, amerindia y asiática, haciendo de Brasil el país con mayor mezcla de razas de Suramérica.

En cuanto a los indígenas existen diferentes grupos con más de 175 lenguas y dialectos diferentes, donde las costumbres y las creencias varían considerablemente de un grupo a otro.


Con la destrucción del Amazonas la desaparición de comunidades indígenas ha aumentado y entre las causas principales se encuentra los terribles procesos de aculturización a los que se ve sometido el indígena.

Hoy en día la población se calcula en unos 200 mil indígenas, concentrados principalmente en el Amazonas. Y aunque pueda parecer inverosímil, se estima que alrededor de unas 40 tribus no han tenido contacto alguno con occidente.

En cuanto a la religión, oficialmente Brasil es un país católico, sentencia difícil de mantener, ya que las creencias populares, nacidas de un fuerte y sólido sincretismo, están presentes por todos los sitios.

Estas creencias tienen sus orígenes en el animismo indígena, en el catolicismo y en los cultos africanos traídos por los negros durante el período de la esclavitud. Entre estas creencias hay que destacar los cultos de origen afro-brasileño: el Candomblé y el Umbanda.

El Candomblé es el culto de origen africano más ortodoxo y recibe diferentes nombres en Brasil, así en Río es conocido como Macumba, en el Amazonas y en Pará como Babassue, mientras que en Alagoas como Xango.


Los rituales son practicados en la llamada "casa de santo" o "terreiro", presidida por un "pai" o "mae de santo" quien inicia a los novicios y dirige el ritual en Yoruba.

En el candomblé no existen doctrinas bien definidas, por el contrario, si se dan algunas pautas generales que están presentes en todas las ceremonias.

El candomblé tiene su base en la creencia de cada persona tiene un "orixá" (dios), desde el día de su nacimiento y que éste cuidará de su protegido durante toda la vida.

El orixá de cada persona es identificado por el pai, después de lanzar numerosas veces las pequeñas conchas (buzios).


La posición de las conchas es utilizada para interpretar la suerte, el futuro y las relaciones del pasado con los dioses de cada persona.

Al igual que la mitología griega, cada orixá tiene su personalidad y su particular historia, pueden ser masculinos o femeninos o bien, de los dos sexos (en determinados períodos).

Para mantener a los dioses fuertes y saludables es necesario ofrecerles comida, cigarrillos o perfumes, entre otras cosas, de acuerdo a las preferencias de cada orixá.

El Umbanda, llamado también magia blanca, es una mezcla entre el candomblé y las creencias espiritistas.


Sus orígenes se encuentran en diversas influencias, pero las más importantes proceden de las creencias nativas y de la religión africana Bantú.


Las ceremonias son conducidas en portugués y en ella se incorporan figuras de todas las creencias.


A diferencia del candomblé, el umbanda es menos organizado y cada pai modifica la religión de acuerdo a sus criterios personales.

Por otro lado, algunos ritos y creencias indígenas se han popularizado recientemente. Este es el caso de la llamada Uniao da Vegetal en Sao Paulo y del Santo Daime en Rondonia y Acre, que tienen como centro de sus ritos la ayahuasca, una bebida alucinógena (que se obtiene de las raíces de dos plantas: cipo jagube y folha chacrona), utilizada por los indígenas desde tiempo atrás.


Para muchos, la ayahuasca ofrece moral y fortalece el espíritu. El culto del Santo Daime fue fundado en el año de 1930 en Rio Branco por Raimundo Irineu Serra, cuenta con más de 10.000 fieles y con más de 10 iglesias y comunidades en Brasil. Las dos más importantes se encuentran en Ceú da Mapiá en el Amazonas y la Colonia Cinco Mil en Rio Branco.

Salvando las distancias, dado el gran mosaico de culturas y de razas, puede decirse que los brasileños son gente con buen sentido del humor, alegres, cordiales, gentiles y hospitalarios.

La sensualidad, la sensibilidad y la intuición son otros de los rasgos que los distinguen. Le invitamos a que se deje llevar por los sentidos para vivir la experiencia de encuentro con los brasileños.

Descubrirá, en sus costumbres y conductas supersticiosas, trazos de magia y un gusto por los amuletos, como invocación a la felicidad, la salud o a la fertilidad.

Brasil es el punto de encuentro de pueblos jóvenes, de leyendas y mitos ancestrales.

Brasil es en definitiva un país, casi un continente, de gran riqueza folclórica, de profundas tradiciones y de gente que, a pesar de todo, siempre sonríe.


Es de interés que veais este video de ceremonias de Candomlé de Sao Paulo, para que percibais este rito para mayor cercanía con esta costumbre y muestra de su vigencia y realidad de hoy en día...



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