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Sao Paulo,... diseño y ciudad





El tejido urbano de Sao Paulo (como el de toda metrópolis o región metropolitana) es un entramado que crece al margen de cualquier posibilidad de control reglado, que aglutina y reacciona a las condiciones y necesidades de ocupación de individuos pertenecientes a clases socio-económicas ya no sólo distintas, sino abismalmente opuestas entre sí.

La exposición Sao Paulo 300 mm es una aproximación a ese complejo y mutante sistema urbano: a través de la presentación de hechos y situaciones paradigmáticamente definitorios de la realidad presente de la ciudad, Ariadna Cantis y Alexandre Cafcalas, sus comisarios, tratan de dejar patente los modos en que se concreta una dinámica arquitectónica y urbana promovida por «tres actores inconstantes: la sociedad, el poder público y los arquitectos».



Fenómenos en sí mismos. Cantis y Cafcalas han identificado una serie de «eventos recientes que han representado hechos importantes para la reconstrucción del tejido urbano y su discusión, y que al mismo tiempo no dejan de ser fenómenos sociales más o menos novedosos en sí mismos». Por un lado, se presenta el trabajo que desempeña un colectivo de jóvenes profesionales de la arquitectura, Vilanova Artigas y Paulo Mendes da Rocha, cuyo nexo ideológico es el de intentar mantener una continuidad con respecto a los principios disciplinares de los principales teóricos de la tradición arquitectónica y de planificación de la ciudad.

Por otro lado, se revelan acciones arquitectónicas y urbanas que se desarrollan al margen de la oficialidad y en las que los comisarios integran la reconversión de edificios en centros de uso colectivo, el uso de las infraestructuras de la ciudad como soportes de expresión creativa y la ocupación ilegal de viviendas.





Acercarse al tema de las grandes urbes que crecen desenfrenada y desarticuladamente es un fenómeno que fascina a los arquitectos.

Durante siglos, ha sido posible abordar intelectualmente el hecho urbano, pero estas megaurbes del presente se escapan a toda posible domesticación y comprensión integral mediante una concepción racional.

Por eso, aquéllos que reflexionan sobre la ciudad no hallan el punto donde fundamentar su trabajo. Seguramente, porque ese posible eje ya no existe.

No escapa a los responsables de Sao Paulo 300 mm que las megalópolis están compuestas por diferentes estratos, que individualmente ofrecen una propia lectura e interpretación; del mismo modo que intuyen que son precisos nuevos modos de construir que permitan la reaproximación crítica o analítica.

Utilizando registros fotográficos y de vídeo digital realizados por fotógrafos y artistas de la ciudad como herramientas que tratan de trasladar al recinto expositivo la complejidad de Sao Paulo, la muestra se distribuye en nueve secciones:












«Paisaje operativo», un tránsito visual de introducción-situación que se realiza a través de imágenes panorámicas de la zona central de la ciudad realizadas por Nelson Kon;

Sao Paulo, lado B», una serie de fotografías de Tuca Vieira y Bob Wolfenson en las que se plasman detalles que encapsulan las dinámicas cotidianas y el latido de la vida urbana;

«Enseñar periferias», con propuestas de estructuras prefabricadas diseñadas como parte de un importante programa oficial que tiene como objetivo construir cien escuelas en la periferia urbana;









«Interfaces de movilidad», que describe las iniciativas para mejorar las redes de circulación vehicular y la identidad visual de los transportes públicos;

«Ciudad ficción», que plantea cómo la actual generación de arquitectos recién graduados únicamente parece encontrar sus salidas profesionales y creativas en la construcción de viviendas para las clases privilegiadas en condominios alienados;

«Reactivación central», que se centra en los proyectos de reactivación del casco histórico paulista;




«Ocupación vertical», que expone el caso paradigmático de la masiva ocupación ilegal de un edificio organizada por una asociación de personas sin techo;

«Intersticios apropiados», que evidencia cómo la ciudad es soporte de actos creativos espontáneos, reflejo de la identidad ciudadana;


y «Ciudad imprevista», una muestra de la yuxtaposición de diferencias socio-económicas sobre la textura del tejido urbano. La evidencia es que Sao Paulo es intrínsecamente tan complejo y que cada uno de estos nueve temas da pie para una reflexión individual lo suficientemente interesante y plena de sentido en sí misma.

Sao Paulo, Ciudad de México, Buenos Aires, Bombay, Yakarta o El Cairo suman a su atractivo el hecho de estar lejos del contexto y la compresión que el europeo medio posee del concepto «metrópolis», haciendo que todo lo que de ellas pueda opinarse se imbuya de un aura de un cierto exotismo y pintoresquismo que contrasta con la (más abarcable) realidad europea.






Por este motivo, cuando se trata de explicarlas o describirlas, se tiende a recurrir a esquematismos (la belleza de lo feo, la extraña convivencia entre opulencia y pobreza, la brutalidad de la dinámica cotidiana?), que se introducen en una estrategia comunicativa aparentemente experimental (tratando de hibridar aspectos del arte con el pensamiento de la arquitectura), culminando finalmente en una aproximación a esas «diferencias / especifidades» que puede acabar, resultando ficticia para un observador mentalmente primermundista (que puede estar localizado geográficamente tanto en Europa, como en Iberoamérica).



Aunque se lleve a cabo con las más honestas intenciones, esto aboca a resultados que pueden devenir vacuos tanto para el emisor como para el receptor.

En estos casos sería necesario formularse una pregunta de base:

... la de si todo esto es un pretexto que ocupa espacio y tiempo, y si no sería posible obtener y organizar mediante nuestros propios recursos de acceso a la información toda la documentación que ofrecen exposiciones basadas en esta concepción multimedia, que trata de transmitir una sensación de la intensidad de lo real a riesgo de limitarse a constituir una experiencia lúdico-estética que no evoque auténticamente la profundidad de lo real y, consecuentemente, no permita discernir en qué puntos radica la trascendencia de lo que se comprende y define como «Sao Paulo, metrópolis».




El concepto es demasiado genérico y el riesgo de acometerlo desde tantos frentes es que el pensamiento se diluya.

Abusar de la imagen e intentar complejizar la transmisión de contenidos menoscaba los propósitos pedagógicos y críticos que una muestra que reflexiona sobre la vida y la identidad urbana debe tener.

La contemporaneidad no se basa en la saturación de información como fin en sí misma, sino en saber utilizar sus medios como cauces para la investigación.

Así, lo que realmente se hace preciso es reducir las dosis de espectáculo para abocarnos a la práctica de una reflexión que nos conduciría a admitir que tal vez la o las respuestas empezarán a surgir con una visión objetiva y liberada de dramatismos y efectismos, abandonando desfasados estereotipos.



Así, en estos casos, se desterraría el antiguo concepto de ciudad para afrontar las metrópolis como grandes conglomerados humanos y arquitectónicos, complejos y polimórficos, que evolucionan y funcionan en coherencia consigo mismos y sus propias escalas, escapando del corsé de cualquier parámetro regulador.













Y así emergería el auténtico significado actual de este concepto. ...


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